FUERA DE(L) JUEGO
Hoy vuelvo a mirar con extrañeza al mundo y a sus dinámicas absurdas e injustas. Y cuanto más las pienso, más me desconciertan: el consumismo, la moda como sistema de obediencia simbólica, la obsolescencia programada, el colonialismo moderno… Desconocidos dictan tendencias de forma cíclica. La sociedad espera, como atletas al pistoletazo de salida, para gastar su dinero en ellas, aunque no lo necesiten. Solo para exhibir que está “dentro”, para demostrar que sigue los criterios establecidos. Ellos recaudan y tú obtienes la pose. Ellos recaudan y tú alimentas tu elitismo disimulado. La rueda del consumismo se alimenta de los egos, no del bienestar. Todo envejece demasiado rápido. Crean un ciclo insaciable de novedades: nuevos móviles, nuevos sistemas operativos, actualizaciones… hasta los electrodomésticos están diseñados para morir pronto. Y mientras, para que la cadena no se detenga, una parte del mundo es explotada junto a sus recursos. No comprendo la lógica. Nadie parece percatarse...