MICRORRELATOS

A veces lo que se siente no cabe en una historia completa, o simplemente no se puede contar todo. 
Una escena breve, un gesto, una imagen que condensa el desgarro, la ausencia, la espera, el miedo o la pequeña belleza que sobrevive a todo… 
Esta sección recoge fragmentos, retales, esbozos de vida, recuerdos disfrazados o apenas velados. 
No son grandes historias. Pero están vivas.
Y necesitaban ser escritas.

MICRORRELATOS

4. MÍNIMA ESCENA

"Desnuda, sin apenas fuerzas, fue casi arrastrándose hacia la cocina. Levantó la vista, expulsando una mirada vacía y, cegada por el simple despliegue de sus párpados, abrió la nevera. El helor alivió tanto su despertar que permaneció allí, quieta, frente al electrodoméstico, el tiempo suficiente para olvidar su existencia."


3. MICHA

"Misha era demasiado pequeña cuando fue rechazada por su madre, tan pequeña que ni siquiera era consciente de su existencia. También fue demasiado pequeña cuando sufrió por su nariz enferma, tan pequeña que apenas dejaba pasar el aire, o cuando unos humanos la castraron. Porque a los gatos y a las gatas hay que castrarlos, dicen. Pero ella no eligió vivir con las reglas humanas, se las impusieron y nunca lo aceptó del todo. ¿Acaso alguien pidió su consentimiento? Ni siquiera estuvo en el mundo más de dos años, quizá uno y medio y sólo tuvo consuelo en otro gato. Ningún humano miró por ella y encima la llamaban arisca. Lo mejor que hizo fue dejarse morir. Enroscarse en un rincón y no volver a comer hasta que su cuerpecito blanco cedió."


2. TREGUA

"Tumbada boca arriba. Paralizada. Desafiando al vacío. Incapaz de mover un centímetro de mi cuerpo. Noto caer las lágrimas por mi rostro. Nada puedo hacer. Apenas se mueven mis pupilas. El mundo está en silencio a mi alrededor. Pero una fractura da paso al ruido interno y la atonía no impide el caos que comienza en mi cerebro, que aplasta mis lóbulos, que martillea mis sienes y grita a mi cuerpo suplicándole que por favor se mueva y sacuda toda la batalla que en él se está produciendo. 

¡Tregua!, implora. 

Y qué tregua podría darse entre un ser tan roto, sino lanzarse a ese mundo silencioso en busca de equilibrio."


1. AUSENCIA

“Se levantó tarde, como siempre. El despertador llevaba tiempo sintiéndose un inútil. Los movimientos lentos que evidenciaban su apatía no le permitían un ritual mañanero muy enérgico. Se aseaba lo justo, tomaba su café frío de ayer y se vestía sin mayor expectativa. No contemplaba motivo alguno para pararse a revisar su bolso antes de salir o para acomodar su pelo de una forma que resultara más agradable al mundo. 

Lo único que se permitía con consciencia era respirar hondo un par de veces, mientras esperaba el ascensor, para paliar la sensación de ausencia que le ahogaba. Una ausencia que la impregnaba a pesar de estar siempre rodeada de gente.”



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