CHICAS MUERTAS. SELVA ALMADA
Tal vez esa sea tu misión: juntar los huesos de las chicas, armarlas, darles voz y después dejarlas correr libremente hacia donde sea que tengan que ir.
Eran los años ochenta. Argentina. No se conocía la palabra femicidio, pero el libro gira en torno a tres de ellos. El de Andrea Danne, María Luisa Quevedo y Sara Mundín.
"No sabía que a una mujer podían matarla por el solo hecho de ser mujer, pero había escuchado historias que, con el tiempo, fui hilvanando."
La autora se va dando cuenta de anécdotas que no siempre terminan con la muerte de la mujer, pero que sí son objeto de misoginia, abusos, y desprecios.
“ Ella se fue del baile con una amiga. Vivían a una cuadra de distancia una de la otra. La amiga se quedó primera, ella siguió, tranquila, el mismo camino que todas las noches de baile, en un pueblo donde nunca pasaba nada. La interceptaron en la oscuridad, la golpearon, le entraron los dos, cada uno a su turno, varias veces. Y cuando hasta las vergas se asquearon, la siguieron violando con una botella.”
Almada tampoco recuerda que su madre le hablara sobre violencia de género ni ninguna charla al respecto, sin embargo el tema estaba en todas partes.
"Cuando hablábamos de Marta, la vecina golpeada por su marido, la que a su vez descargaba sus propios puños sobre sus hijos. [...] Cuando hablábamos de Bety, la señora de la despensa que se colgó en el galponcito del fondo de su casa. Todo el barrio decía que el marido le pegaba y que le sabía pegar bien porque no se le veían las marcas. [...] Cuando hablábamos de la esposa del carnicero López. Sus hijas iban a mi escuela. Ella lo denunció por violación. Hacía tiempo que, además de golpearla, la abusaba sexualmente. [...] Cuando el Cachito García sacudía las siestas del barrio con los escándalos que le hacía a su novia."
"Me crie escuchando a las mujeres grandes comentar escenas así en voz baja, como si las avergonzara la situación de la pobre desgraciada o como si ellas también le temieran al golpeador."
Este libro posiblemente sea eso, un “hablar en voz alta” lo que en su día se hacía en voz baja.
Selva Almada quiso, con este libro, denunciar el machismo que habita en Argentina y visibilizar la violencia hacia la mujer. Se consolida así, como escritora feminista.
Lo anoto junto con el de Juan Gómez Bárcena en la libreta, aunque todavía tengo una lista interminable de libros por leer. Gracias ;)
ResponderEliminarEs cortito pero intenso. Sí, al final yo también me he ido apuntando en listas y poco a poco xD. Este libro es muy peculiar, no es ni una historia en sí continua, ni un relato concreto..., es un conjunto, una denuncia a un momento, una sociedad, un silencio y una realidad que sigue vigente... Ya me contarás cuando lo leas. Por Twitter ya hay gente enfadada XD.
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