RAYUELA. CORTÁZAR

¿Disparate?, notas, mates, referencias culturales, intelecto… Una historia, conexa e inconexa, que navega por una rayuela de 155 casillas. Historia de amor sin amor, cargas de misoginia, machismo barato concentrado en un club, el arte sublime de la forma y la estructura que exhibe un fondo abierto, manejable y activo cosido con pistas de Morelli y una Maga subestimada bajo el justificado “intelecto” de la mirada masculina. Es la obra de un hombre. Montaña rusa de aciertos y desaciertos. La Nada en el Todo y el Todo en la Nada. Guía cultural que necesita exclamar una oda a lo académico. Ausencia de exaltaciones a otras tantas inteligencias que Oliveira desconoce y que se pierden cada vez que apaga, a ella, Lucía, su magia…

Rayuela son tangos perfectos de poesía que bailan los rotos que no saben mirarse a los ojos y solo ejecutan pasos maestros que aleccionan movimientos.


Y retales maestros de Rayuela son:

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"Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos, y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo-Maga que era la torpeza y la confusión pero también helechos con la firma de la araña Klee, el circo Miró, los espejos de ceniza Vieira da Silva, un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil."

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"No se puede vivir cerca de un titiritero de sombras, de un domador de polillas. No se puede aceptar a un tipo que se pasa el día dibujando con los anillos tornasolados que hace el petróleo en el agua del Sena. Yo, con mis candados y mis llaves de aire, yo, que escribo con humo. Te ahorro la réplica porque la veo venir: No hay sustancias más letales que esas que se cuelan por cualquier parte, que se respiran sin saberlo, en las palabras o en el amor o en la amistad. Ya va siendo tiempo de que me dejen solo, solito y solo. Admitirás que no me ando colgando de los levitones. Rajá, hijo de Bosnia. La próxima vez que me encontrés en la calle no me conozcas."

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"Y así uno puede reírse, y creer que no está hablando en serio, pero sí se está hablando en serio, la risa ella sola ha cavado más túneles útiles que todas las lágrimas de la tierra, aunque mal les sepa a los cogotudos empecinados en creer que Melpómene es más fecunda que Queen Mab."

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"¿Para qué sirve un escritor sino para destruir la literatura?"

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"Y por eso el escritor tiene que incendiar el lenguaje, acabar con las formas coaguladas e ir todavía más allá, poner en duda la posibilidad de que este lenguaje esté todavía en contacto con lo que pretende mentar. No ya las palabras en sí, porque eso importa menos, sino la estructura total de una lengua, de un discurso."

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Rayuela debería leerse, al menos, una vez en la vida. 


Comentarios

  1. No se puede resumir mejor su lectura. Me gusta cómo lo describes: «Rayuela son tangos perfectos de poesía que bailan los rotos».

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