El Anarquismo y otros ensayos. Emma Goldman.
Anarchism and other essays, Mother Earth
Publishing Association, 1911
Emma Goldam introduce el Anarquismo en el primer capítulo dejando claro el porqué de su rechazo, el sentido de su lucha y sus principales enemigos. Desde el principio expone, como marco, lo que significa el Anarquismo. Más adelante y a lo largo de todo el libro irá desarrollando sus ideas y puntos de vistas, tratando temas tan importantes como la psicología de la violencia política, el patriotismo o el tráfico de mujeres, entre otros.
El extraño fenómeno del rechazo al anarquismo es que ilumina la relación entre la denominada inteligencia e ignorancia. Y aun esto no es tan extraño cuando consideramos la relatividad de las cosas. La masa ignorante tiene a su favor que no pretende aparecer como sabia o tolerante. Actuando, como siempre lo hace, por mero impulso, su razonamiento es como el de los niños. ¿Por qué?, Porque sí. Aun así, la oposición del no educado hacia el anarquismo merece la misma consideración que la del hombre inteligente.
Alguien ha dicho que se requiere menos esfuerzo mental para condenar que lo que se requiere para pensar.
El anarquismo anima al hombre a pensar, a investigar, a analizar cada proposición.
Anarquismo: La filosofía de un nuevo orden social basado en la libertad sin restricciones de leyes artificiales; la teoría es que todas las formas de gobierno descansan en la violencia y, por tanto, son erróneos y peligrosos, e igualmente innecesarios.
La religión, el dominio de la conducta humana, representa el baluarte de la esclavitud humana y todos los horrores que supone.
La propiedad, el dominio de las necesidades humanas, la negación del derecho a satisfacer sus necesidades.
La organización económica debe consistir en una asociación voluntaria de producción y distribución, gradualmente desarrolladas dentro de un comunismo libertario, el mejor medio de producir con el menor gasto de energía humana. El anarquismo, sin embargo, igualmente reconoce el derecho del individuo, o un grupo de individuos, para fijar en cualquier momento otras formas de trabajo, en armonía con sus gustos y deseos.
El Estado, altar de la libertad política y, como el altar religioso, se mantiene con el propósito del sacrificio humano. De hecho, no hay casi ningún pensador moderno que no esté de acuerdo con que el gobierno es la autoridad organizada, o el Estado es necesario sólo para mantener o proteger la propiedad y el monopolio.
Desafortunadamente, todavía existe un amplio número de personas que continúan manteniendo la fatal creencia de que el gobierno descansa en leyes naturales, que mantiene el orden social y la armonía, que disminuye el crimen y que evita que el vago esquilme a sus semejantes. El anarquismo, por tanto, verdaderamente representa la liberación de la mente humana de la dominación de la religión; la liberación del cuerpo humano de la dominación de la propiedad; la liberación de las trabas y restricciones del gobierno. El anarquismo representa un orden social basado en la libre agrupación de individuos con el objetivo de producir verdadera riqueza social; un orden que garantizará a cada ser humano el libre acceso a la tierra y el pleno goce de las necesidades de la vida, de acuerdo con los individuales deseos, gustos e inclinaciones.
Ésta no es una idea estrambótica o una aberración mental. Es la conclusión a que han llegado multitud de hombres y mujeres inteligentes a lo largo del mundo; una conclusión a resultas de las observaciones detalladas y esmeradas de las tendencias de la sociedad moderna: la libertad individual y la igualdad económica, las fuerzas combinadas para el nacimiento de lo que es hermoso y verdadero en el hombre.
En cuanto a los métodos, el anarquismo no es, como algunos pueden suponer, una teoría sobre el futuro que se logrará a través de la divina inspiración. Es una fuerza viva en los hechos de nuestra existencia, constantemente creando nuevas condiciones.
Los métodos del anarquismo, por lo tanto, no suponen un programa irrefutable que debe ser llevado a cabo bajo cualquier circunstancia. Los métodos deben surgir a partir de las necesidades económicas de cada lugar y clima, y de los requisitos intelectuales y temperamentales del individuo. El carácter sereno y calmado de Tolstoi necesitará diferentes métodos para la reconstrucción social que la personalidad intensa y desbordante de un Miguel Bakunin o un Pedro Kropotkin. Igualmente debe estar claro que las necesidades económicas y políticas de Rusia dictarán medidas más drásticas que en Inglaterra o Estados Unidos. El anarquismo no defiende la instrucción militar y la uniformidad; pero sí defiende, sin embargo, el espíritu revolucionario, en cualquier forma, contra cualquier cosa que impida el crecimiento humano. Todos los anarquistas están de acuerdo en ello, de igual modo en que están de acuerdo en su oposición a las maquinaciones políticas como medio para alcanzar el gran cambio social.
“Toda votación”, dice Thoreau, “es una especie de juego, como las damas o el backgammon, jugando con lo correcto y lo erróneo; su obligación nunca excede su conveniencia. Incluso votando lo correcto no está haciendo nada por ello. Un hombre sabio no dejará lo correcto a merced de la casualidad, ni deseará que prevalezca a través del poder de la mayoría.”
Resumen extraído del libro Anarchism and other essays, Mother Earth
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