EL CHICO AL QUE CRIARON COMO PERRO. Bruce Perry & EL ERIZO, Mona Achache

Bruce D. Perry es un psiquiatra estadounidense, especialista en Trauma infantil. En su libro “El chico al que criaron como perro”, que considero imprescindible, trata de cómo ha ayudado a los niños a enfrentarse a traumas horribles.  



Pero a mí, me gustaría destacar un trocito de la última parte del libro. 

“Los aspectos más traumáticos de cualquier desastre tienen que ver con la destrucción de las conexiones humanas, algo que es especialmente cierto en el caso de los niños. Que la gente que supuestamente debe quererte te haga daño o te abandone, verse privado de las relaciones personales que te permiten sentirte seguro y valorado y volverte humano… son experiencias profundamente destructivas. Debido a que los seres humanos son incuestionablemente sociales, las peores catástrofes que nos pueden ocurrir implican la pérdida de los vínculos relacionales.
Como resultado, recuperarse de un trauma o un abandono es asimismo una cuestión de relaciones: restablecer o recobrar la confianza, regresar a una sensación de seguridad y volver a conectar con el amor. Por supuesto, existen medicamentos que ayudan a mitigar los síntomas, y hablar con un terapeuta puede resultar muy útil. Sin embargo, la curación y la recuperación no son posibles -incluso con los mejores fármacos y las terapias del mundo- sin las conexiones cariñosas y duraderas con los demás. Es cierto que, en el fondo, lo que permite que una terapia funcione no es el método utilizado ni las sabias palabras del terapeuta, sino la relación que se establece entre él o ella y el paciente. Todos y cada uno de los niños que finalmente prosperaron tras seguir nuestro tratamiento lo hicieron gracias a la poderosa red social que los rodeaba y apoyaba. 

Lo que curó a niños como Peter, Justin, Amber y Laura fue la gente que estaba a su alrededor, sus familias, sus amigos, las personas que los respetaron, que se mostraron tolerantes ante sus flaquezas y vulnerabilidades y que fueron pacientes a la hora de ayudarlos a construir poco a poco nuevas capacidades. El entrenador que permitió a Ted hacerse cargo de las estadísticas del equipo, Mamá P., que enseño a Virginia cómo cuidar de Laura, los alumnos de primer curso que llevaron a Peter de la mano y lo protegieron o los increíbles padres adoptivos de muchos de mis pacientes; todos ellos proporcionaron las terapias más importantes que cualquiera de estos niños recibió jamás, porque lo que más necesitaban era un medio ambiente social rico, uno al que pudieran pertenecer y donde les demostraran que les querían.”


Y no es diferente en los adultos, donde un apoyo puede hacer más que mil sesiones de terapia. Hay muchas formas de abrazar y tejer soporte. Una respuesta de refuerzo en vez de silencio, un “no estás sola”, una lista…  Anoche una niña de once años llamada Paloma me enseñó que lo importante no es morir sino lo que se hace en ese momento. ¿Y si en ese momento, como Renée, estás dispuesta a amar? Me pareció el mayor canto a la vida. Gracias W. 







Comentarios

  1. Solamente puedo suscribir lo que has escrito. Y celebrarlo. Hasta me han entrado ganas de revisionarla una vez más. ;)

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